Esas manos ajenas, distantes que nos tocan. Aproximándose a nosotros, siendo tan cercanas. En su cotidianidad.
En nuestra cotidianidad. De pronto uno se aleja de las imágenes queridas
amiga
quedás frágil en el horizonte te he dejado pensando en muchas cosas
pero ojalá pienses un poco en mí
vos sabés
en esta excursión a la muerte que es la vida me siento bien acompañado
me siento casi con respuestas cuando puedo imaginar que allá lejos
quizá creas en mi credo antes de dormirte o te cruces conmigo en los pasillos del sueño
está demás decirte que a esta altura no creo en predicadores ni en generales
ni en las nalgas de miss universo ni en el arrepentimiento de los verdugos
ni en el catecismo del confort ni en el flaco perdón de dios a esta altura del partido
creo en los ojos y las manos del pueblo en general y en tus ojos
y tus manos en particular.